En España hay más de 26 millones de viviendas y la mayoría de ellas se construyeron sin tener en cuenta ninguna normativa de eficiencia energética. Esta particularidad hace que en dichas viviendas haya grandes deficiencias de aislamiento que repercuten en el confort de sus habitantes e influyen en el gasto energético familiar.
Impacto de la temperatura en las fachadas
En invierno se producen pérdidas de calor y en verano la temperatura interior sube por efecto del soleamiento, lo que afecta la habitabilidad de los hogares. El calor es absorbido en parte por las fachadas y se provoca un efecto de acumulación en el cerramiento. El muro es el elemento que tiene más masa y acumula más calor, por lo que para conseguir una temperatura idónea en el interior de las viviendas en invierno debemos evitar que pierda el calor que le suministra la calefacción y en verano trataremos de reducir la acumulación del calor del sol.
SATE para una mejor habitabilidad de las viviendas
Para conseguirlo de manera eficaz, los sistemas de aislamiento térmico por el exterior (SATE) mantienen la inercia térmica del cerramiento en el interior de la vivienda y estabilizan la temperatura interior. La instalación de estos sistemas de aislamiento térmico permiten así economizar en los suministros de hogar gracias al ahorro de energía al mismo tiempo que evitan las incómodas variaciones térmicas.
Las obras de rehabilitación con SATE se realizan en el exterior, de forma que no perturban en exceso a los propietarios en edificios habitados. Los operarios no tienen que acceder en ningún momento al interior de las viviendas y todo el trabajo se realiza en el exterior, por lo que no se disminuye el espacio habitable.